“Entre todas las esposas del héroe que he podido conocer después, ninguna me había causado aquel impacto primigenio hasta ahora, cuando se ha podido contar en el Auditorio Nacional con la fabulosa Sara Mingardo, sin duda la más destacada servidora actual de uno de los personajes esenciales, más fascinantes, de toda la literatura operística.Raramente se produce hoy ese milagro de encontrar una técnica superior puesta al servicio de una expresión capaz de iluminar con todo detalle, y esa naturalidad tan difícil de lograr (que enmascara cualquier sombra de artificio), los amplios perfiles de un rol tan complejo que refleja, al mismo tiempo, la impaciencia, el dolor, la astucia, la duda, la perplejidad y la dicha de una mujer dotada de extraordinaria fortaleza interior."
(César Wonenburger, El Debate)
“Sara Mingardo est bouleversante dans ce rôle. Physiquement fragile, s’effondrant puis se reprenant, soutenue par ses femmes, la vieille nourrice Ericlea et la servante Melanto, elle est aussi la figure de la certitude, de la fierté, de la solidité intérieures, de la noblesse. Noble, c’est bien le mot qui s’impose à l’esprit pour désigner ce modèle de recitar cantando, ce chant à la limite de la parole, introverti, certes appuyé sur une ligne vocale sans cesse soutenue, sur un timbre qui a gardé toute sa chaleur, capable d’éclats (sur « afflitta penitente »), mais surtout disant, incarnant, les vers admirables de Badoaro : « Penelope t’aspetta, l’innocente sospira, piange l’offesa, et contro il tenace offensor ne pur s’adira. – Pénélope t’attend, l’innocente soupire, l’offensée se lamente sans même se révolter contre son offenseur.»"
(Charles Sigel, ForumOpera)