"Y queda la parte musical, la dificilísima partitura es llevada como un Ferrari a 200 por hora por un conductor extraordinario, Asher Fisch, el genial director orquestal que sembró la rueda de prensa con afirmaciones deslumbrantes, como cuando definió la partitura como una sábana, o cuando dijo algo que es pieza clave de esta partitura: “Si no fuera una ópera, el público no la aguantaría”. "
(JORGE FERNÁNDEZ GUERRA, El Pais)
"Una orquesta en la que familias y colores habituales se ven obligados a hacer espacio a timbres y percusiones poco corrientes, resulta virtuosa en manos de Asher Fisch, y crea tanto el poematismo a veces brutal de los intermedios como la base, la alfombra mágica sobre la que vuelan los cantos de cada personaje. El desfile de voces que tanto nos impresionan en esta tragedia no sería posible sin ese foso del que surge la magia del paisaje en que las desdichadas situaciones tienen lugar."
(Santiago Martín Bermúdez, Scherzo)
"En el foso Asher Fisch, del que ya disfrutamos en 2019 en un magnífico Capriccio. El director israelí sale victorioso de su reto al frente de este Lear alambicado, brutal y difícil desde el segundo uno."
(Jean Valjean, El Espanol)
"Gran dirección de esta difícil partitura de Asher Fisch en la que dar a cada momento su carácter no es nada fácil. Estupenda la Orquesta Titular del Teatro Real que brilló en, recalquémoslo una vez más, una partitura que lo exige todo del foso, sobre todo de los metales (impresionantes) y de la percusión (espectacular)."
(Eraldo Martucci, Platea Magazine)
"La sobresaliente dirección musical es de Asher Fisch, que vuelve al Real después del gran éxito que obtuvo con Capriccio, de Richard Strauss, en 2019, para afrontar una partitura de enorme complejidad y precisión, con un foso orquestal ampliado, una percusión octuplicada hasta el martirio auditivo, y unos metales chirriantes y unas cuerdas ululantes que podrían espantar fuera de contexto."
(JOSÉ CATALÁN DEUS, Periodista Digital)
"Brillantísima la orquesta, respondiendo a las mil maravillas, en todas sus secciones, al mando experto y seguro de Asher Fisch, que no hace mucho ofrecía una espléndida dirección del Capriccio straussiano en este mismo teatro."
(Rafael Ortega Basagoiti, ElCierre Digital)