“Su preocupado, -y con razón-, marido, Masetto, fue Adolfo Corrado, joven bajo poseedor de un tronco vocal de envidiar, y voz de brillo y color. Bien en escena, hace uso debido de sus resonadores tanto en el registro de cabeza como en el de pecho, para un magnífico, equilibrado, e imponente resultado sonoro"
(Jacobo Ríos-Capapé Carpi, Valencia Plaza)
“Y la cuarta, la del Masetto de Adolfo Corrado, evidenció unos grandes recursos y un color muy atractivo."
(Rafael Díaz Gómez, MundoClasico)